viernes, 14 de marzo de 2008

El templo Jishoin

El otro día estaba entrando en el metro y había una revista gratuita con un gato dibujado en la portada. Ya sabéis lo que me gustan los gatos...de hecho fui yo quien trajo la gata a casa hace ya casi 10 años y allí se quedó. Esa gata era Chuflú, la gatita negra, que teníamos en casa:


¡¿Qué pinta Chuflú aquí?!

Y para que no haya envidias también pongo una foto de la gata actual, se llama Nena, y es un demonio con forma de gata casera que le gusta ver la tele...

No hagas zapping por nada del mundo

Bueno, el caso es que resulta que en esta revista había un especial sobre gatos. Yo como os podéis imaginar me contenté con ver las fotos al principio, pero luego le pregunté a una alumna majísima que tengo y me contó de lo que iba el asunto. Resulta que el artículo hablaba de templos que hay dedicados a gatos o relacionados con ellos. Por lo visto había cuatro bastante importantes.

Y yo, en plan de descubrir un Japón diferente, con templos llenos de gatos (¿por qué no?), no pude resistirme y allí que fui.

El primer templo al que fui es el de Jishoin. Es un templo budista que está en la zona noroeste de Tokyo, pasado Nakano para aquellos que conocéis Tokio.


La entrada del templo...como cualquier otra entrada

La entrada desde una perspectiva más artística

El templo de Jishoin es un templo budista por lo que pude ver, pero dentro del templo había un pequeño templete sintoísta, y es que es impresionante como estos japoneses han sincretizado (toma palabro) las dos religiones.


Un templito sintoísta, con su Torii y sus kitsunes...


Con su peregrino budista y todo...


Otra cosa que he visto en varios templos y que tampoco se lo que significa es lo siguiente:




Si alguien me pude decir cómo se llaman y qué son estas estatuitas lo agradeceré bastante, porque yo ya he hecho mis especulaciones y creo que son como mini monumentos a los monjes del templo que se han muerto...pero todo es un suponer, porque no tengo ni idea.



Y cuando estaba saliendo toda desilusionada por no haber encontrado ni un solo gato, me encuentro con este misterioso edificio al lado de la salida del templo, en el que no me había fijado bien al entrar:

Parece un edificio más pero...

Cuando me acerco y miro por la ventanita de la puerta me encuentro con esto:


No apto para alégicos...


¡Juas! ¡Toma gatos! Son Maneki Neko, Gatos de la Suerte, que dependiendo de la patita que estén levantando atraen la suerte o el dinero. Si levanta la pata izquierda atrae las visitas, y si levanta la derecha atrae el dinero. Son muy populares en las tiendas, restaurantes y comercios, y más de una vez y dos los habéis visto en las tiendas chinas de los 20 duros...

Bueno, ni qué decir tiene que se que le va a encantar a mis padres y a mi hermano y Vilma, que pensaba mucho en vosotros mientras estaba visitando, y también he puesto esta entrada para vosotros...¡Ah! y para todos los amantes de los gatos.
Un abrazo-nya!


4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola, sobrina! Dice tu madre que estás muy quejosa, que somos unos muermos que nunca te decimos nada. Yo es que no se me ocurre nada. Excepto por esta vez. Le he prestado un libro a tu padre que habla de un viaje por el Japón... hace un siglo. Seguro que sería interesante que lo leyeras, pues tú estarías mucho más capacitada para ver las diferencias. Que creo son muchas.
Una cosa más: cuando publiques una foto de esos maravillosos árboles japonese, sería interesante que dijeras a qué especie pertenecen. No es lo mismo un ciruelo que un pruno o un albaricoquero. Muy bonitas las fotos. Un beso de tu tío A.

Type Zero dijo...

Vil se ha vuelto loca con los maneki nekos, pero cuando a leido "y su mujer" no le ha gustao un pelo... Ten cuidadin nee-chan.

Anónimo dijo...

Ya lo he cambiao...Perdón...dile a Vilma que perdone, de verdad, que no lo he hecho con mala fe...gomen! Ah, y tú a mi me tienes que llamar imoto-chan いもとちゃん, onee-chan es para hermana mayor...y tu eres entonces hermano mayor es onii-chan
Un besito,
Anita Dinamita

Anónimo dijo...

Aisss y justo cuando pensabas que no verías un solo gato... Pobre Octavio no podría entrar ahí si fuesen de verdad, aunque claro, viviendo con cuatro al pobre le hemos inmunizao a base de bien. Por cierto, la gata nueva se parece mucho a mi Bonnie (en flaca) y parece igual de mala XD. Muchos besitos, nena. Ya queda menos para vernos.