¿Cómo estáis? Espero que como siempre o mejor. Yo sigo bien, con poco tiempo como siempre y buscando un momentito para escribir algo en el blog, que por cierto, yo no sabía que hacer post llevaba tanto tiempo, que aunque no os lo creáis, tardo un buen rato, que si elegir las fotos, ajustar la calidad, recordar las cosas y escribirlas...vamos, ¡un trabajazo!
En esta ocasión os escribo acerca de un castillo muy famoso que visité un día que estaban cayendo chuzos de punta, como habéis visto en la foto anterior... El castillo de Himeji:
El castillo de Himeji es uno de los tres grandes castillos de Japón. Es muy especial porque por lo visto, el color blanco de sus muros es super bonito porque brilla un montón...será cuando hay sol, porque con la que estaba cayendo, yo poco brillo vi.
Qué os puedo contar del castillito...bueno, se construyó allá por el siglo XIV, pero como en todos los monumentos, se quemó, se renovó, se reconstruyó, y en la segunda guerra mundial se destruyó gran parte tras un bombardeo.
Lo más chulo del castillo es que es inmenso dentro hay un montón de habitaciones gigantescas y rincones para hacer mil películas de samurais y shogunes y lo que sea.
Y parece que está todo construido como un Exin Castillos, todo armado y encajado a la perfección. Mirad la maqueta de la estructura, es increíble.
Bueno, y por último otra maquetilla para que veáis como era la estructura de la ciudad y del castillo allá por el siglo XV y XVI...que no se, me pareció curioso el contraste. Como en occidente, en esta época y antes construíamos alrededor de los castillos de manera totalmente desordenada, y cómo en oriente todo estaba organizado en cuadrículas. Interesante, ¿que no?